ME QUIERO EN LOS CONTABLES
Llévame con tus números
y saldaré la cuenta de tus penas.
Deja a los cementerios
el 1 del ciprés,
la ganzúa del 2 para las puertas
y el molusco del 3 a los acuarios.
Diles que vuelvan a ser niños
y no contabilicen hecatombes
de los que sólo tienen por lenguaje
los bosques y los ríos.
En la silla del 4 en que te sientas
no esperes a que el gallo de las 5
despierte madrugones
manteándote en puntas de alfileres.
Mira en el 6 el vientre de los tuyos
y en el 7 el cadalso
del que cuelga el desnudo de tu sombra.
En las curvas del 8 no veas el espectro
de la felicidad.
Es un reloj de arena,
las baldadas rodillas de ti mismo,
dos ojos que no ven sino naufragios.
El 9 es lo que eres:
globo cautivo de las agonías.
Pon a 0 otra vez las pesadumbres.
Yo a todas les he vuelto las espaldas
desde el primer latido.
Es mi forma de amar virginidades,
de construir el nido del principio
y troquelar en números redondos
la juventud sin nadie de mi hogar.
Abre a mi trigo tus compuertas
y en tus folios abiertos
jamás se pondrá el sol. Te lo aseguran
mis guarismos de peces voladores
encestando su júbilo en el aire.
Pedro García Cabrera