RESPUESTA DEL CAMPESINO
a José Moreno Galván
y a Carola
Las pinzas de las mariposas
colgando ausencias,
el rencor de las ortigas
picándole las piernas al silencio,
el borrón de los mirlos
ennegreciendo el sexo de la angustia,
la sed de las avispas
dando cuerda al cadáver de los huertos,
todo llegaba hasta el sillón de sombra
que construía el tronco de aquel árbol.
Sólo faltaba el hombre.
A extramuros
del río de corbatas de las calles,
del cálculo de sienes electrónicas,
tumbábase a sus anchas el olvido
durmiendo en los barbechos
que dejó el abandono
cuando plantó esperanzas
—él, paria de sequías
levadura de surcos y sudores—
y le nacieron
desalientos y callos en las manos.
Tan sólo vio en el viento la cosecha
de culos blancos de los abejones.
Pedro García Cabrera