ALONDRA DE LA ESCALERA ROTA
Se ha roto anoche un peldaño
mi desgraciada escalera.
Oyó un suspiro de rosas
y se ha partido una pierna
al querer ganar de un salto
los bordes de la azotea.
Que intervengan cirujanos
con sus rubias enfermeras
a reducir la fractura
de su tibia de madera.
Que no le den cloroformo
ni bajen en parihuelas.
Que no le quiten las verdes
esperanzas de sus hiedras.
Pero que vengan a prisa,
que está llorando de pena
porque no puede subirme
a ver mi flor de canela.
Pedro García Cabrera