ALONDRA DEL SUEÑO DE AUSENCIA
A Juan Sosa Suárez
Y así preguntaba el niño:
—¿Son muy grandes las estrellas?
¿Las veré mucho mayores
subiéndome a la azotea?
Y se le iban las palabras
por babeles de escaleras
altas, tan altas, que al hielo
le daba frío el cogerlas.
Y se le fueron las sienes
igual que dulces cometas
aire arriba, por los hilos
blancos de la luna nueva.
Y fue cerrando los ojos
por lejanías abiertas.
No le rindió el blando sueño.
Quedó dormido de ausencia,
porque se había clavado
en la diana de una estrella.
¡Quién la bese, besará
sólo un capullo de seda!
Pedro García Cabrera