ALONDRA DE LA VAQUITA DE HUMEDAD
Vaquita, puedes cruzar
sin temor ninguno el patio,
que el día está muy azul
y el jilguero enamorado.
No necesitas correr,
que hoy todo va muy despacio;
las palabras y las nubes,
los relojes y los pájaros.
No me muevas las patitas
todas a un tiempo, que acaso
quiera el caracol ponerse
a pasear a tu lado.
Te vas a cansar muy pronto
si sigues con ese paso
de estambres de siempreviva
y de pistones delgados.
Mas si te cansas —pues cruzas
el suelo por lo más largo—,
puedes fingirte sin riesgo
perdigón abandonado;
que hoy se dejó la escopeta
en su casa el niño malo
y solamente ha venido
con su ancha sonrisa en alto.
Sólo tienes que tener
cuidado con ese charco,
que sus aguas no navegan
hojitas verdes ni barcos.
Y después, puedes seguir
midiendo segura el patio;
y al final ya me dirás
si no has estado pensando
que el día está muy azul
y el jilguero enamorado.
Pedro García Cabrera