LIQUEN 7
Esta racha de viento que a mí llega
acaso fuera silbo
en las gráciles jarcias de una nave.
O sonrisa plegándose en el ojo
acuoso y abierto de un estanque.
O corcel embridado de una nube.
O carne melodiosa de un oboe.
¡Quién sabe! Quién sabe y fue un suspiro,
que ha crecido, rodando por el aire.
Pedro García Cabrera