La luna duerme de día
y ella no sabe por qué.
S esconde por la mañana
sin querer y sin saber.
Cabalga sobre los vientos
de todo el amanecer
y se eclipsa, en el oriente,
atravesando el dintel
de la alborada que llega
para reinar y vencer.
La luna duerme de día
y no para de temer
Parece una niña, niña
que está buscando un clavel
y ponerlo en su corona,
a la hora anochecer.
Zacarías Palacios