La luna llena cayó
en el río
y se rompió,
porque su lengua de frío
la manchó.
Con el frío se durmió,
envuelta en lienzos de plata,
y dejó
hasta las tinieblas blancas.
Es que la luna es doncella
que está llena de ilusión,
y su alba cabellera
engarza joya y promesas
de esperanza de candor.
Quiero la luna dormida
en el río de esta vida
porque, en esos sueños, nace
la paz y el amor renace.
Zacarías Palacios