EL SISTEMA
No hay manera de escapar de esto.
Nos quedamos en casa aquel domingo huyendo del sistema.
Se coló por la rendija del buzón vestido de recibo,
Engalanado de facturas varias.
El perro, sin pensar, dio al mando de la tele y vimos las noticias.
Apagamos corriendo pero culebrearon por la red,
Como sardinas brillantes y delgadas.
Así que decidimos no evadirnos
Y enfrentar al sistema cara a cara,
Combatiéndolo a risa partida.
De todas formas, mañana bien temprano
Se llamará Despertador.
Soledad López González