EL SIMBOLISMO DE QUETZALCÓATL
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El simbolismo es un método de pensamiento
ideado para orientar al hombre en su camino mientras consume su vida,
concretan proposiciones que nos introducen un ámbito de dioses olvidados.
Actuar conforme a los símbolos es un sistema de pensamiento
edificado con símbolos y dioses paradigmáticos
que sugieren un arte moral de vida.
En el acomodo cíclico de nuestro acontecer,
estudiado bajo la luz de símbolos y dioses
se asimila lo vivido creando nuevas ideas
surgiendo nuevos pensamientos y criterios
con lo que el ser humano logra otros niveles de conciencia.
El método se apoya en los hábitos. Pues en ellos concluye
el sistema de evolución individuo social del ser humano;
tras replantearle la identidad periódicamente: Hasta aquí
fui
y ahora me replanteo, con la idea de mi mismo
asumiendo lo aprendido de mis hechos de vida.
Y me replanteo lo que me interesa
para trazan rutas de acción hacia mis nuevos deseos de logro,
orientad, sobre todo, a mis actualizados objetivos.
Objetivos
establecidos por convicciones que actualizan mis costumbres
conforme al criterio y identidad de mi vida
actual.
Estos hábitos
que vienen del correcto entender los ciclos de vida
son dictados
por la necesidad de entender nuestro misterio,
son la respuesta a una búsqueda y el premio a un esfuerzo
empleando la razón para decantar de la vida ciencia, arte y filosofía.
El gran maestro de esta opera:
el criterio,
da el sentido de verdad
a todo cuanto acontece
y luego llamamos conciencia interna de vida.
El simbolismo promete libertad e implica una metodología;
en la cual se mezclan caminos y etapas, logros con revelaciones
que transformamos en compromiso y proformas éticas de acción vital.
El objeto del simbolismo y sus dioses olvidados
es el rescate del hombre
hacia su esfera sideral,
extra humana y eterna.
El simbolismo teotihuacano
rescata al hombre y se torna en ruta
de aprendizaje místico creador
de una ética
que atienda a la evolución del hombre
considerándolo con una visión de individuo social.
Todo esto
fundado en vivir verdades eternas, aquellas
que desinvolucran al hombre de la idea de si mismo.
Con la ley del ciclo por costumbre individuo social de vida,
con la culebra, el puma, el espejo humeante y el fuego nuevo,
Renovamos por ciclos las ideas, profundizando el misterio de vivir
en estados superiores de conciencia
que nos conectan
directamente
a cada uno de todos con la libertad.
Nos iniciamos conforme nos desinvolucramos, en el abandono
y dejando de pensarse y actuar en función del mundo.
Toca a la cultura teotihuacana,
con sus mil años de epifanía,
establecer la ruta místico simbólica de
Quetzalcóatl
con la cual millones de seres humanos dirigieron el rescate de si mismo.
Así que Quetzalcóatl es quien nos recata de los infiernos,
es un educador y el paradigma de la evolución social y
mística.
Conocerse a si mismo y actuar en función social son los objetivos de vida.
Por ello es que la cultura náhuatl es colectivista, en vez de individualista.
La metodología mística del sistema ético
filosófico del Quetzalcóatl teotihuacano
es una ruta de símbolos y dioses a los que debemos cíclicamente ir entendiendo.
Debemos comprender para asumir los atributos del símbolo o dios,
organizando lo aprendido para conocer,
para transformarse por criterio y reidentificación cíclica del ser.
Se empieza a crecer espiritualmente
al comprender que no somos lo que nos pensamos;
sino que
lo que nos pensamos
un maquillaje que es una culebra mutante y crítica del ego.
Así pues el pensamiento gusta de usar espejos y máscaras para verse a sí mismo.
Así que aquel que logra romper sus máscaras y espejos
y logra mirarse a si mismo inicia el camino del Puma.
La prédica olmeca reza “has un bebé de tu voluntad y renacerás como Puma”
El camino del puma tiene un objetivo paradigmático de evolución: Tezcatlipoca.
Tezcatipoca, el espejo humeante
es un ser astral metido al mundo a ser,
entre humano y divino.
Para encontrarse a si mismo iniciamos el camino del Puma-Tezcatlipoca
Para lo cual precisamos detectar y organizar el poder del Sol en lo interno.
Porque dentro de nosotros existen fuerzas llamadas poder del sol o Tonallo.
Ellas generan nuestros pensamientos por deseos, necesidades, intereses e impulsos,
detectando todas internas voces
emprendemos a desinvolucrarnos
de impulsos y deseos
deteniéndonos a buscarnos
ante de volicionar en actos de la culebra.
Tezcatlipoca representa el carácter universal del ser humano;
Es un camino para liberarnos de la culebra y aprender a escuchar;
surge cuando el iniciado logra identificarse con Xipe-Xólotl
abre un ojo a la otra realidad y se encuera al mundo
transformando su voluntad en un espejo humeante ante el entorno.
El puma en es el tótem del señor Tezcatlipoca
porque todo espejo percibido nos hace cazadores
y cada máscara destruida nos hace mas divinos.
Es Tezcatlipoca
quien afina nuestros oídos y nos hace cazadores de nuestro demonios.
El organiza nuestro Tonallo interno, las voces interiores,
armando un equilibrio cuyo centro o quincunce nos conecta
con el punto abajo arriba de nuestra pertenencia con la divinidad.
Tal punto de equilibrio
entre nuestros cuatro impulsos internos
es Quetzalcóatl.
Sergio Verduzco