A FEDERICO BALART
Perdóname, si en frase conmovida,
turbo tu soledad y tus dolores,
buscando, de tu afecto en los honores,
el placer de la pena compartida.
De tu mágica musa entristecida
recogí los artísticos primores,
al seguir de tu suerte los rigores
por el mar tormentoso de la vida.
Náufrago de ese mar, oigo lejana
la misteriosa voz que alza triunfante
el himno de tu musa soberana.
Náufrago de ese mar, miro anhelante
la roca inabordable ¡muy cercana!
la playa salvadora ¡muy distante!
Rafael Ochoa