A Francisco Medrano
Flavio, ¿qué admiras ver mal detenida
alguna rara lágrima? ¿o amante
que mucho tiempo ardió, trocar semblante
alguna vez y fastidiar la vida?
¿Por qué ríes la historia aborrecida
de mi amor infeliz? cuando delante
de la ocasión me juzgas inconstante,
y ves que vierte sangre la herida.
¿Piensas que amamos? No, mas del pasado
ardor centellas son, y del violento
fuego humo o cenizas que han quedado.
Así verás después que calmó el viento
el golfo con las olas agitado
conservar luengo espacio el movimiento.
Pedro Venegas de Saavedra