A D. FRANCISCO DE TRILLO Y FIGUEROA, VECINO DE LA CIUDAD DE GRANADA, Y POR MÁS SEÑAS EL QUE ESCRIBIÓ LA NAPOLISEA, Y EL PANEGÍRICO NATALICIO
Don Francisco el escribiros
tan claras estas verdades,
es porque no necesiten
de comento las verdades.
Y porque es mejor se entiendan
os las escribo en romance,
y así el castigo, y la culpa,
saldrán con un mismo traje.
Sin valerme aquesta vez
de equívocos, ni de ambajes,
que cuando han de hablar las veras
es bien que las burlas callen.
Es el caso, que a mis manos
llegó un romance (aunque tarde)
que estampasteis atrevido
y recogisteis cobarde.
Contra una Cueva, que ilustre
ha sido en todas edades,
emulación gloriosa
de los palacios reales.
Y también contra el ingenio
del noble y docto Morales,
cuyo nombre a fuer de bestia
tanto le ramoneasteis.
Y aunque en él no hay cosa alguna
en que el crédito repare,
y es melindre del respeto
el sentirse, y enfadarse.
En semejantes majerías
solo el intento es bastante
para deciros que hicisteis
como pícaro vergante.
Y que en el romance, y fuera
dél, mentisteis, como infame,
no solo en lo que escribisteis,
sino en lo que imaginasteis.
Y si otra vez intentais
desvergüenza semejante,
voto a Cristo, que aun Lacaio
haga que a palos os mate.
Y para que no ignoréis
quien esta amenaza os hace
el mismo Cueva os lo dice
y os lo dirá en cualquier parte.
Pedro Alfonso de la Cueva y Benavides