Si la noche se apiadase de mí, y me devolviese la luna (que por cierto me pertenece), creería en ella nuevamente, y si me invita, la acompañaría a tomar un café a las primeras luces del alba.
La esperaría a cada hora, a cada instante. Cerraría las cortinas para creer que estoy con ella. Inventaría nuevos astros que me acompañasen en los tiempos de mis soledades, y cuando la vea... cuando la encuentre nuevamente, cuando en mis ojos se halle su esencia oculta, dedicaré un verso a cada tiempo pasado en que no la ame. Buscaría mis lágrimas en lo más profundo de la tierra y le demostraría que lloré su ausencia. Le diría que me hizo falta y que hoy, que la tengo a mi lado, la amo, y que necesito de su esencia nocturna para seguir alimentando mi alma de amor y soledad...
Pablo Salinas