Se acaba la batería
De mi manirroto marcapasos.
Los pasos me marcan
El camino opuesto a la infancia.
Por mi pecho horadado
Pasa el viento de la añoranza.
Después de tanta operación
A mente abierta
Solo me queda la cicatriz
Sangrante de la poesía muerta.
Quijote sanchopancesco,
En lucha con mis propios molinos,
Recorriendo el camino del verso.
Armado siempre con un diccionario
Dispuesto siempre a decir tonterías
Como las que dice el más sabio, o el borracho.
Estoy harto de tanta rima facilona,
Que para terminar esta poesía,
Valgan las palabras más frías,
Vulgares, vacías y tontas:
Yo y persona.
Pablo Ruoppolo