Poesía caduca.
Ya no vale ni siquiera
El verso anterior a este.
Pensamiento escrito, pensamiento muerto.
Inocencia atropellada una y otra vez
Por la realidad.
Las palabras no valen nada,
Igual que la naturaleza ahogada,
Igual que la abundancia,
Igual que todo.
No quiero escribir algo que no conozco
Y ya lo añoro.
Esta poesía huele a podrido,
Estas palabras sobran,
Tiene los segundos contados,
¡Ha muerto otra obra!
Pablo Ruoppolo