Dormía.
Mi cuerpo sentía el pesado abrazo de la Tierra.
Desde la radio salieron unas notas lentas de violín
Que danzaron hasta mi cabeza.
Cayeron en mi pecho,
Y tocaron con un dedo mi corazón tembloroso,
Liberando mi alma,
Que despojada de su pesada carga,
Emprendió el camino de vuelta a casa.
Pablo Ruoppolo