RACIONALIZACIÓN DE LA ALEGRÍA
... acostumbra el dolor; llega la alegría
y la estoy recibiendo con los labios temblando,
como si el cuerpo extrañara, como si la costumbre del dolor
hubiese obviado para siempre la irrupción de sucesos hermosos;
... es así que la alegría casi duele, pues
despiadadamente se aprieta
contra el pecho para hacerse sentir, para reconocerse, para sobreponerse
y de esta forma pronunciarse;
... y son tan pocas las gotas de rocío vivo que van apareciendo
en la aridez que soy, que las cojo y las pongo por las grietas del
cuerpo
cuidadosamente no para que crezcan, no, sino para que no mueran;
... todo parece revertir a este momento en que me quedo quieto,
escuchando,
como si el leve resplandor que tengo estuviera en peligro
y con rapidez, contra un mar de oscuridad e insidia,
con rigor y urgencia tuviera que ordenar la vida para defenderlo.
Orión de Panthoseas