TERCER CANTO POR LA ALEGRÍA
... si lograra con la reja de sangre
y el arado de fuego llegar al corazón
y surcando en sus tierras cultivar la alegría!
... y si después hubiese fiesta
y un viento jubiloso derramase en las calles
este hallazgo mío —la dicha del hombre,
la Vida sola— ¿quién no viviría?
¿quién no saldría a buscar oro puro y,
encontrándolo,
no hollaría su propio corazón para seguir viviendo,
¿quién, quién no?
Orión de Panthoseas