Poeta de extranjería,
San Martín de lata,
fervorizado
por tres vasos de vino
máquina
ingenio deseante.
Derribados los puentes
a la ciudad lejana,
con su canícula barba,
desde la selvática orilla trucó
gas del pantano
en tiritante
luz sin alba.
De dos guerras en fuga
una europea, la otra propia,
con una sola mueca
en su interior
tan niño vi
que olvidé nuestro juego.
Néstor Ventaja