HOJAS EN BLANCO
Rameras de la noche sin consuelo
las notas del reloj que dibujaban
sus trípticos pendientes de la hora,
buscaban el color desesperadas
donde el blanco,
tajo en la piel de las estrellas,
llovía sobre el papel
y las mudas madreselvas lo miraban.
Allá lejos, tan lejos
en una arista lunar,
donde la blancura
prosigue su derrame incontrolable,
un tren esboza carrileras
bajo el pulso sin tregua de la noche.
María Eugenia Caseiro