ESTAMPA
A Alberto Lauro
Tú y tu parque amanecidos,
grises como el propio gris
saliendo del gollete de la noche,
me acercan al útero de la tristeza
parido ya, vacío en el entuerto
del lóbrego poema que amamanto
con el arma del apego
debajo de estos pechos mustios
en que alguna vez clavaron
las encías, sí, mis hijos.
Tú, y tu parque, y tu lab top,
yo y la gente que no está,
y hasta los que quisieron
emprender un vuelo fantástico
con la encomienda de lograr el algoritmo
que desechara el frío de la lógica,
la matemática y hasta la fatalidad,
ahora somos la raíz de un paradigma
teñido de gris
con la blancura del ayer hecha pedazos
y esta factura de siglos pesándonos en la existencia.
María Eugenia Caseiro