IMAGINO
El incesante murmullo del mar
me arranca del inquieto sueño.
Alargo mis brazos a tu almohada,
pero sólo estrecho el vacío de tu ausencia.
Te has ido. Ya no estás, amor.
Yo en mi lecho solitario y tú en el tuyo.
Tu cuerpo convertido por siempre en aire sólo.
Imagino tu pecho cálido,
el brillo luminoso de tus ojos,
tus manos obedientes a cuanto el placer les pide.
Imagino que nunca he estado en otro sitio,
que nací, viví y moriré en tu cama.
Imagino que nunca he hecho otra cosa,
que únicamente sirvo para amarte.
El susurro del mar me lo repite
y las nubes que me miran al pasar:
"él se ha ido y nunca volverá".
Pero yo no les creo, no quiero creerles.
Imagino que todavía me amas
y vivo engañada esta realidad inventada.
María Dubón