CANCIÓN DE REALIDAD
Con unas pinzas
pellizcando
mis hombros
(alguien),
me sostiene
y hace descender
los hilos
derramados,
hasta tocar
mi pie
el tablado una canción
de realidad.
¿Qué papel
han de asignarnos?
si yo al menos,
mengüé al posar
tres
o cinco
brazos.
Yo,
de pobre
me salvo
pero no,
de aquél hombre
que ríe
entre el público
una burla,
una chanza
absurda.
«Para saber más de Dios
hay que leer
la Biblia», me dice.
Yo:
«Si es que quiero
seguir
naciendo».
Maeve Ratón