NO NOMBRES MI CALLE
¿Por qué has de enseñarme todas tus calles anchas
si sé que en todas y en cada una de ellas te adentras
pese a la cruz de sus puertas?
No nombres la mía a la vuelta de la esquina
con la lengua avariciosa del que engulle,
pegajosa, insaciable, ¡no la nombres!,
es calle sin tiempo,
es calle sin experiencia, sin miedos,
hospitalaria y clara, ¡no la nombres!
Es calle sabida, ¡lo sé!,
pero aún es calle mía.
Maeve Ratón