VLTIMA
A las nueve de la mañana
el dolor se trasformó en esquela.
Cuatro minutos más tarde
el dolor me apolilló.
Cuatro minutos más tarde
cesaron las puertas de los baños.
A las nueve y doce,
intercambiamos besos
por lágrimas.
A las nueve pasadas,
el tarot desvaneció.
Eran sueños pasadas las diez.
Era mi caída pasadas las trece.
Cuatro minutos más tarde,
supe que faltabais.
Maeve Ratón