EL PASO DEL TIEMPO
Inmóvil por un suspiro, por tu memoria,
Recuerdo aquella tarde bajo el cerezo,
En que dulce me decías que me amabas,
Y me amabas muy dichosa, dedicada.
Y la alondra y el gorrión sueñan juntos,
Gorjeando risas de amor, callando penas
Y aunque lánguida mis ojos ya te vean,
Radiante luna, seguirás resplandeciente.
Seguiré con ganas de verte a mi vera,
Aunque el reuma del tiempo marchitare
y mi piel ajada con iniquidad destroce,
Y Aunque nuestros cuerpos sin calor quedaren...
Cárdeno nuestro amor se torne eterno...
Leopoldo Peña del Bosque