Y SEREMOS AJENOS
Ya no habrá nada entre nosotros dos.
Se nos murió el amor en una tarde.
Ya nada será igual para ninguno,
me iré de ti como se va el otoño
cuando las nieves cubren las llanuras
y vuelve el viento gélido a poblar
los vacíos rincones del invierno.
Todo se irá y no quedará nada
de aquello que creamos con orgullo,
del amor de las tardes y las noches,
de tus ojos mirando hacia mis versos.
Se perderán los besos sin remedio
que aplacaron mis labios, y los tuyos
abrazaron gustosos de aplacarlos.
Y seremos extraños con nosotros
como seres que siguen su camino
olvidados y solos. Y los tiempos
se llenarán de cosas que no hicimos
y palabras que nunca pronunciamos.
Y seremos ajenos, sin quererlo,
al placer que ilumine las esquinas
del hueco del amor en el espacio
que ha dejado el vacío de la nada
una vez que te fuiste de mi lado.
Luis Calama Rodríguez