AL AMOR DE MI FAMILIA
Que nada, ni nadie, engañe tu vanidad
lo único que queda al final de la vida
después de esa «dura jornada»
es una fría losa cubriendo los despojos
muchas veces de un pobre corazón roto
otras de una mano miserable
las menos de un rostro bondadoso...
¡Que misterio tan insondable es la vida!
¡y que cruel la muerte sin sentido!
en este valle de locos…
Y que difícil es comprender
que no vale de nada luchar
y creer…
en un mundo
bueno, justo…
generoso…
entre tanta desdicha
entre tanto despropósito
Al final, sólo por vuestro mor viviré
y por eso, sobre todo
abrazado a vuestras manos
seguiré…
hasta que termine todo…
Julio Biosca