POEMAS PARA MI ABUELO MIGUEL
Primer Poema ( Porque te he visto muerto )
Porque te he visto muerto en el umbral de hielo,
como figura de cera, que habita en la esperanza,
más allá de la luna, que no sabe de amores,
como la tierra, seca, y como el mar, en calma.
Porque te he visto muerto, no escucho a la memoria,
y porque ya no estás, me saco este lamento,
este que no eres tú, que vives en tu gloria,
y esta canción perdida, que gime con el viento.
Este agitar furioso de negros ruiseñores,
que acabará con todo sin haber empezado,
esta ignorancia muda, que no entiende razones.
Porque te he visto muerto sin haberlo esperado.
La cicatriz del sur clava la rosa fría,
en la agonía de luces, que brotan de repente.
Parece que no vuelves a la melancolía,
como si ya no estuvieras en este mundo ausente.
Y sin estarlo estás, porque yo no te olvido,
y a cada paso mío, yo sé que estás mirando,
caer la Primavera, como cae el rocío,
como la estancia triste donde te estoy dejando.
No pierdas el camino del agua de Caronte.
Entrégale al barquero la flor de este poema,
que te lleve a la orilla donde los mirlos canten.
Allí, donde terminas, la eternidad te espera.
Porque no existen cosas que no tengan sentido,
y se nos va el verano sin que nos demos cuenta.
Porque nos queda por siempre aquello que vivimos.
Porque te he visto muerto bajo la tarde muerta.
Juan Miguel Melgar Becerra