AMOR SERENO
Alguna vez mañana
y entre tanto, despertar.
Despertar de los días aciagos, dolorosos, del letargo.
Despertar de la muerte segura, de la ignorancia, del amor primero.
Despertar de los sueños heridos, de la levedad vacía, del
rumor de tu regreso.
Despertar todavía de los imposibles que me abrasan, del nunca
aprender del lamento,
del siempre encontrarte al final de los comienzos. Del tenerte entre
lágrimas inútil como el tiempo, del amarte entre rosas
fugaces, con este cuerpo de ceniza que te besa. Despertar
a la vida que nada pide y todo lo encuentra, amando nada más que
el amor de tu abismo.
Y después, dormir, dormir con las frutas que ya nunca probamos,
que ya nunca nos tientan.
Dormir, dormir con el viento, la fugaz estancia del amor eterno. Dormir
entre tus brazos,
dormir bajo la luna, con la serena conciencia de quien ya nada espera.
20/VI/2009
José Manuel Martínez Sánchez