MILAGROS
Sentado contabas los episodios que vendrían, ...¿quién más correría esa suerte en la historia?...
Muchos ostentarían monedas de oro y de plata incalculables; a sus pies le servirían ejércitos y séquitos leales,
Arrasarían con poblados, comarcas... acuñando poder, conocido y respetado como tal, poder transferible, poder negociable y amainable;
Nada comparado con la gracia del vuestro; profeta...
De tus llagas brotaba la miseria humana sufrida; del olor de la fauna, el delirio.
Si bien, lógica encontró tu muerte, nada igual se entiende tu obra,
Leyes naturales vulneraste, reinventaste la vida en rincones y salones;
Quienes no te conocimos te alabamos y te bendecimos.
Miles de años más tarde reivindicamos tus enseñanzas en la imperfección de nuestro andar;
Es, que lo que aprendimos del pasado; termina contigo. Y lo que creemos del futuro; empieza contigo.
Desearía haberte visto descalzo, y haber llorado cada latigazo.
Desearía haberte acompañado en tus recorridos empuñando en el viento la pluma,
Me hubieses inspirado en la muerte, para verla bendita;
De todas mis virtudes aprecio la de reconocer lo bueno,
La plusvalía de meditar en lo profundo y exportar cuantiosa alegría;
Me olvido en este momento de la resurrección, de la reversión de la ceguera, de la escasez que abundaba en la materia, y de las mil y una noches...
... para revivir la magnificencia de tu muerte, que la señora de los milagros retuvo,
Que de tiempos violentos, guerras, sacrificios humanos y constelaciones agónicas,
Haz sobrevivido en por lo menos un metro cuadrado en cada moderna morada,
¡Eso sí, es un milagro!
José Luis Cárdenas Saldivia