CORRER POR CORRER
Harto ya de los vacíos
que producen descampados
en el cuerpo y en el alma
y en otros profundos lados,
¡quise romper las cadenas
que me hicieron desdichado,
y salí corriendo, lejos,
sin llegar a ningún lado.
Al final de la carrera
y el esfuerzo realizado
llegué al punto de partida
dolorido y extenuado.
Lloraba y me retorcía
preguntando a lo más Alto
por qué me daba castigo
para nada necesario.
Fue el silencio quien me dijo
que por mas quiera intenrlo,
o acepto mi realidad
y la vida que me ha dado,
¡o volveré, a su final,
para de nuevo intentarlo!
Javier Ponce y Mora