ERÓTICA DE LAS VIBRACIONES
Yacen los cuerpos unidos
en su momento más álgido,
y comienza entre nosotros
ese rito tan pagano
que va al éxtasis divino
desde el placer más humano,
camino de tierra al cielo
en ascenso sublimado.
Y suspiro, y sudo, y siento,
y el mundo se queda a un lado
cuando tocamos lo eterno
con la albura de las manos.
Y crece la intensidad
que va subiendo de grado
hasta hacerse inaguantable
y acabar en el orgasmo.
¡cuantas veces he creido
que al cielo me dabas paso!
Cuando la lucha se acaba,
cuando todo ha terminado,
¡le doy las gracias a Dios
porque sigues a mi lado!
Javier Ponce y Mora