ERÓTICA AL ANOCHECER
La noche que nos encierra
y nos cubre con su manto
en la eterna oscuridad
del negro mar estrellado,
luce para nosotros
con su más hermoso encanto.
¡Es la hora de dormir!
¡es la hora de acostarnos!
y yacer juntos desnudos
con todo el calor humano,
con la pasión más profunda,
sin atributos ni engaños;
como Dios mismo nos hizo,
como debemos honrarlo.
Y comienza la oración
sin palabras ni vocablos,
en base a los sentimientos
y el placer de tanto amarmos;
honrando con su presencia
nuestros mejores orgasmos;
¡es la oración que nos dice
lo divino que es lo humano!
Javier Ponce y Mora