EL CASO ES QUE LA LUNA
El caso es que a veces busco en la luna
algo de paz y algo de cordura
y me gustaría estar a su altura
para balancearme con su cuna.
El caso es que a veces hallo ternura
cuando me insinúa inoportuna
en su suave soledad sin fortuna
que me quede abrazado a su cintura.
El caso es que me llaman lunático
cuando la luna me quedo mirando
con alegre rostro de fanático.
El caso es que estoy alucinando
con este satélite enigmático
que por la noche me esta iluminando.
Javier Pérez-Ayala Huertas