EL MENDIGO
¡Atrás quedaron tantas cosas!
Atrás, con mis errores,
mi familia que no es mía
y esas imágenes sin gobierno.
Atrás, junto a los sueños,
atrás, con la niñez,
junto al pupitre y mis amigos,
y los embates de la mentira.
Atrás quedó la inocencia,
atrás quedaron tantos sueños,
atrás, con los proyectos,
el deseo y la ilusión.
Atrás, junto al olvido,
atrás, como yo mismo,
atrás quedamos los errados,
incrédulos del mal.
Atrás, con los recuerdos,
las apariencias, el sexo,
la vida, el tiempo, Dios,
dinero, amor, ternura y fe.
Tiempo ha fui un bebé:
lloré y crecí como tú,
estudié, luché y amé,
pensé, aposté y perdí.
A veces anhelo tu vida,
como tú odias que yo exista,
como yo exijo mi justicia,
que tú pretendes poseer.
Jaume D'Urgell y Rubió