¡CÓMO SE PASA LA VIDA!
¡Cómo se pasa la vida!
cual sonido de campana
que llamaba a los fieles
a rezar en la mañana;
principia en primavera
con la llamada infancia
en el regazo de la madre
tierna, dulce, frágil, santa;
en los hogares florecen
las magnolias, agapantos,
claveles, rosas, jazmines
azucenas y lirios blancos
que adornan los jardines.
Luego empieza el estío
con vanidad soñolienta
filtrándose los calores
con sueños de cenicienta
para cultivar los amores.
En caras hay alegría
con frescura angelical
disfrutándose la vida
de manera natural
para cosechar semillas
en las fértiles campiñas
con las mujeres sin riñas.
Después comienza el otoño
entre lluvias de pasiones
y se enrojecen las hojas
esperanzas e ilusiones;
el sol se empieza a ocultar
con el arrebol temprano
y aparecen los surcos
en caras del ser humano;
la neblina hace presencia
en las tardes sobre sienes
y se presenta la ausencia
de los amigos más fieles.
Al iniciar el invierno,
se palpa gran soledad,
el cuerpo parece enfermo
con rasgos de ancianidad;
la bruma se torna gris
con duro frío y silencio
sin que se pueda salir
por faltar fuerza adentro;
la nieve cae implacable
en caminos y conciencias
que impide ir a los padres
cuando sufren de dolencias.
La vida es la vanidad,
vanidad de vanidades,
que se va como el viento,
sin los bienes materiales,
en medio de dolor intenso.
La parca jamas reposa,
aunque cause el espanto,
hasta llevarla a la fosa
en un crudo campo santo.
Héctor José Corredor Cuervo