VIII
Lluvia de la mañana, insuficiente
para empapar el pan: tan sólo lluvia
al corazón, al que yace en la hierba.
No es tanto mi dolor: apenas tiene
los años enfermizos de una infancia.
Tristeza de peste leve
que no horada la carne: llaga indigna
de compasión, de limosna o milagro.
Guillermo Pilía
Incluido en Antología poética (1979-2000).