LUNA DE ALEXIS
Ha cambiado la calle: en otro tiempo
la noche era aquí más selvática: oscilaba
en la esquina un farol con el viento
del verano, grillos y ranas presagiaban tormenta
y venía del fondo de lo oscuro
un perfume profundo de quintas y de albahaca.
Pero allá sobre las casas, en la linde del cielo,
los mismos árboles refrescaban la atmósfera:
los tilos olorosos de noviembre, los pinos y cipreses,
los eucaliptos balsámicos: de aquellas
maderas inmortales brotaba a veces esta luna
que mi hijo contempla con mis ojos de asombro.
Guillermo Pilía
Incluido en Antología poética (1979-2000).