No tengo ya alma
Solo soy un cuerpo viviente
Que despierta, labora y duerme
Pero no siente ni padece.
Y no es que la haya perdido,
Nadie, tampoco, la ha robado
Ni siquiera se la vendí al diablo
Sencillamente, la he regalado
Tal vez envuelta entre poemas
O en un corazón de cristal,
Quizá dentro de una piedra rosada.
Seguro que fue en algún beso
Pudo ser en el más inocente
O quizá en el más perverso
Green Walker