A LOS OJOS DE UNA ADOLESCENTE
Semejan lumbreras que encienden tu mente
solazando airosos los ocios del alma.
Son tus claros ojos vitrinas que muestran
las mansas marismas de una mar en calma.
Son dos bellos faros que alumbran tu cuerpo,
oteando a un mundo que su luz reclama,
esparciendo amor bajo el haz de párpados,
que rechazan sólo las ásperas llamas.
Y sus puras luces al mal lo deslucen,
y las grises nieblas con su luz se aclaran,
deslumbrando al sol tus pupilas limpias,
y ante tu presencia se encienden mis ansias.
Francisco Croché de Acuña