PROPINA
tomo mi café
—yo lo pagué—
sentado en una exótica estación de tren
una joven me pide unas monedas
está cubierta del polvo que da la pobreza
de la suciedad de un tiempo que no le pertenece
la camarera en acto de servicio
espanta a esta fantasma cansada
la seguridad descarga sus ojos de acero
contra la víctima culpable
ya cesaron las miradas nerviosas
los clientes dejan propina sobre la mesa
Francisco Cenamor