Sobre tu libro me quedé dormida,
en mi sueño a tu cuerpo yuxtapuesta;
pregunta era mi piel, tu eras respuesta,
ambos conversación entretejida.
Cuánto te hablé y me hablaste, desvestida
de pudor, de recelo, de protesta,
celebración de interminable fiesta
soñada en vela, en sueños conseguida.
Francisco Álvarez-Hidalgo