VIII
Cuanto más hermosas son las rosas,
más encanta el deseo que enamora;
y de pronto miro al cielo
y veo volar los sueños de las personas,
los versos de un poeta
y la dulce melodía de tu voz;
que a lo lejos se escucha,
que a lo lejos clama,
y clama por mi voz.
Fernando Cuya