EL HECHICERO Y SU PODER OCULTO,
ha mentado tu nombre por dos veces
y he vuelto al silencio
para sentir el crepúsculo
y la hojarasca.
Dondequiera que estés,
me trae el aire
el aroma del espliego en flor,
—tristeza verde
y soledad que callo—.
Te lo juro hoy, que escampa el día
y tanta vida queda por delante.
Felipe Sérvulo