GLOSA PARA EL NOMBRE DE NATALICIO DE MARÍA TALAVERA
Natalicio de María Talavera, es curioso que nadie se acuerde de él. Hay, me
parece, como un temor de recordarlo, de pronunciar su nombre, de rebuscar en la
memoria, en la cósmica soledad del olvido o ¿de la Ignorancia?, ese punto de luz
que la Historia borró de sus hojas polvorientas por ser demasiado viva,
enceguecedora y cuestionados. ¡No, no toquéis ese monumento acrisolado, hecho de
transparencia y ternura, de acendrado patriotismo y coraje! Fiel seguidor del
Héroe, asumió los atributos del Héroe (los mereció) hasta llegar al Parnaso de
los dioses, con su corona de laureles, la ebúrnea limpidez de su Poesía y su
palabra ardiente a cuya caída se conmovieron las trincheras sombrías y los
fragosos caminos de la lucha. ¡No, no lo toquéis! que para celebrarlo basta la
memoria del pueblo, la memoria imborrable y viva, la memoria inmortal.
Detengámonos un momento en su figura legendaria. Con una mano componía versos
encendidos: ¡Corred a la Gloria! Y con la otra empuñaba el fusil, el primero en
el combate. Natalicio Talavera fue poeta y guerrero. Como poeta cantó a la
patria, al pueblo, a sus compatriotas humildes, modestos y abnegados; a la madre
y al amor... Y como hijo de esta tierra de leyenda, defendió palmo a palmo su
heredad, defendió sus tradiciones milenarias, su lengua y su identidad
primigenia con la pluma y con las armas. Los pitucos de la intelectualidad
paraguaya, herederos de la legión amarilla, le dan la espalda para ocultar las
pústulas de sus rostros, ateridos en la soledad de sus cobardías y traiciones,
acogotados por su propia estupidez. Mientras el gran guaireño y paraguayo se
agiganta en el corazón del pueblo, descendiente de aquel a cuyo lado él,
Natalicio de María Talavera, convirtió la ira en fuego, y en puntiagudas lanzas
la palabra. Se inspiró en los sueños de los revolucionarios de Mayo, en el duro
tiempo de la Dictadura Nacional Revolucionaria francista y en la acción estelar
de aquel prohombre que fue don Carlos Antonio López, para acompañar al Mariscal
Francisco Solano López en la vorágine de una guerra de agresión y de exterminio
hasta aquel día... ¡no aciago! Sino de esplendente sol en la florida primavera
de sus 28 años en Paso Pucú.
Creador de un periodismo de combate, cuya influencia forjó el espíritu
indoblegable del soldado paraguayo que "Ya marcha altivo en ademán guerrero/ ya
se detiene al empuñar su lanza/y alarde haciendo de marcial pujanza /al aire
blande el matador acero”.
A las autoridades nacionales y municipales les preguntamos: ¿Dónde está la calle
CABICHU´I el Instituto Periodístico EL SEMANARIO, la plaza o el parque CIELITO?
¿Dónde están las señales de la dignidad paraguaya, enarbolada antes con singular
coraje e hidalguía por Natalicio Talavera y sus compañeros de lucha? "¡Oh
sombras, oh sombras sagradas: de vuestras hambrientas fatigas y glorias pasadas,
dadme que se nutra de fe y de constancia mi vil corazón!”..., diría más tarde su
compueblano Manuel Ortiz Guerrero, en Diana de Gloria.
Sea esta pequeña compilación, debida al esfuerzo y espíritu justiciero e
investigador de Catalo Bogado Bordón, el comienzo de un verdadero proceso de
reivindicación de nuestros próceres civiles, como egregia figura del poeta de la
patria Natalicio de María Talavera. Sea también el primer paso en ese proceso el
traslado de sus restos a un mausoleo en su natal Villarrica del Espíritu Santo.
Asunción, marzo del 2003
Félix de Guarania