VICIOS EXECRABLES, PECADOS INCONFESABLES
viajar a la cresta del mundo cada mañana cada hora
cada minuto imponible
construir transparencias piramidales bajo la luna reflejada
en una moneda birlada a un bolsillo lleno
desconfiar de cada página siguiente
cambiar de canal cuando habla un idiota
cambiar de canal cuando hablan varios idiotas
confiar sólo en la gente anónima sin cargos ni jefaturas
seguir a todas las religiones que no ha creado el hombre
buscar en algún lugar un dios más lógico que estos dioses
muertos
conversar con cada perro callejero hermoso y escuchar sus ojos
lenguas narices que iluminan este aire planeta resto
de hediondez humana
mirar mis manos y aún no creer que se mueven
oscurecer en cada crepúsculo en la constatación
de la soledad inevitable
cantar corcheas negras blancas mulatas semi-fusas
amar tus ojos somnolientos eclipsados de luna
creer en las tibias mariposas que descubre el viento en tu pelo
del sur
gozar las marraquetas como el sexo y viceversa
oler en tus orejas manantiales miel auroras foresta lluvia vino
pájaros océanos duraznos cordilleras
extrañar tus besos dulces cada mañana cada hora
cada minuto invencible
dibujar bigotes parches piratas dientes faltantes a mi
arrogancia a mi pedantería a mi yo florero
recoger las plumas que dejan caer los pájaros como semillas
del vuelo ya servidas
Eugenio Elías Espinoza Ríos