IN MEMORIAM MARILYN MONROE
Utilizaron tu hermoso cuerpo
Para templar su soledad
Y tu te serviste de su ingenuidad
Para comprar el precio de la fama.
Todos querían tu cuerpo,
Tu deseabas sus almas,
Ellos perdían, tú ganabas.
Era un contrato perfecto,
Pero ni el propio Mefistófeles
Hubiera podido llevar a efecto
Un pacto tan diabólico.
Tu perdiste la vida,
Ellos ganaron un ídolo de barro
Al que aún adoran, blasfemos.
La belleza es un don del cielo
Pero siempre lleva su carga de dolor.
No todos estamos preparados
Para recibir el regalo de los dioses.
Cuentan que tus amantes
Eran príncipes y reyes,
Pero no por eso menos brutales
Que cualquier otro ser humano.
Utilizabas tu cuerpo de diosa
Para comprar las dosis de afecto
Que no encontrabas en el supermercado.
Ellos ganaban una lujuria triste
Tu perdías el afecto en besos comprados.
La magia te hizo presente
En la mente de todo un universo.
Ellos sabían que tu cuerpo
No se movía como un robot
Mientras se afanaban en desnudarte.
Ellos ganaban un placer solitario
Tu perdías la autoestima a chorros.
Sabías cuál era el camino
Hacia el oro y el laurel
Pero no eras consciente
De estar vendiendo tu alma de mujer.
Es hermoso cantar para un presidente,
Es hermoso actuar para el mundo,
Pero quién te canta a ti a la luz de la luna
Cuando tienes encogido el corazón.
Al apagarse los focos
Ya no eres Marilyn Monroe
Sino la desvalida Norma Jean.
Ya no sirven los aplausos,
Ni cosquillean las miradas ardientes.
Ellos no te conocen en el retrete
Donde te refugias para el sollozo
La píldora y la angustia a chorros.
Norma Jean es una mujer triste,
Ellos no lo saben mientras, sórdidos,
Se manosean entre cuatro paredes.
Marilyn perdió a Norma Jean
Ellos ganaron una mujer desnuda
En un gigantesco calendario.
No era fácil ser actriz
Y la estrella alumbraba
Todas las noches de la ciudad.
Ellos ganaron una estrella desnuda
Una farola con curvas en medio de la noche
Y tu perdiste la posibilidad de ser tu misma.
Todos caímos en tus redes celestes,
Eras la mujer de nuestros sueños adolescentes
Conocíamos cada poro de tu cuerpo desnudo
Pero ni un retazo de tu alma escondida.
Todos te violaban pero nadie hablaba contigo:
No tenían nada que decirte.
Tu pagaste el precio de la belleza felina,
Ellos se lo cobraron en fantasías
como dardos que dejaron tu corazón
con tantos agujeros como un queso gruyere.
Al final todos contentos,
Ellos tienen su hermoso ídolo de barro
Y tu conseguiste librarte de ellos.
Ahora descansas en un lugar solitario
Barrido por ráfagas de viento
A donde nadie ya puede llegar.
Ermantis