Olor a pies, caretos de macarra,
inocentes tontuelas lamentables,
galería de capullos inefables
dando noche tras noche la tabarra.
¡Qué bien que terminó la dictadura
y que de algo ha servido tanto esfuerzo!
¡Ya es la tele dominio del mastuerzo,
ya rebosan pantallas de cultura!
Oh dioses poderosos de la Audiencia,
si es vuestra voluntad, así se haga;
somos espectadores resignados.
Merda fiat, pereat intellegentia,
dénos la tele cuanto el mundo caga,
y que el Señor nos coja confesados...
Elías F. Gómez García